Víctor Lujine vive en Canadá desde hace varios años y vuelve por primera vez a la Argentina enviado por la empresa en la que trabaja. Dispone de un día para hacer una escala en Buenos Aires y así, visitar a su familia, con la cual casi no ha mantenido correspondencia. Los Lujine, conmovidos por su llegada, se disponen a recuperar el tiempo perdido. Desarrollan una serie ininterrumpida de rituales familiares en su honor y le ofrendan el amor contenido por la larga espera. Juegos, canciones y comidas son las celebraciones que avasallan su breve estadía. El intento forzado por mantener intactos los antiguos vínculos desencadena un final muy alejado de las expectativas de todos.
Este es el punto de partida desde donde Ana Katz desarrolla una comedia de situaciones que entrelaza lo cómico y lo patético y en la que la mirada minuciosa de lo cotidiano revela la cercanía que existe entre lo “normal” y lo “anormal”, la locura y la cordura.